martes, 29 de marzo de 2016

ALGUNAS REFERENCIAS A ESPAÑA EN LOS RELATOS Y CARTAS DE LOVECRAFT



Fuerte español en San Agustín (Florida).

De todos las personas con las que Lovecraft mantuvo correspondencia a lo largo de su vida, su amigo Robert Howard fue la que más cerca estuvo respecto a sus prejuicios raciales y sus opiniones acerca de otras razas. De hecho, ambos escritores sostuvieron largas conversaciones a través de cartas en las que expusieron ideas bastante similares. Uno de los temas más extensos sobre los que debatieron fue el de la población de ascendencia española de Estados Unidos, tanto la colonización española de algunas de las regiones de dicho país, como Texas o Florida, por ejemplo, como la inmigración mexicana o las relaciones de E.E.U.U. con Cuba o México. Lovecraft, que vivió siempre en la costa este, estuvo sobre todo familiarizado con los inmigrantes españoles en Nueva Inglaterra, así como los puertorriqueños en Nueva York  y los cubanos en el sur de la Florida, incluyendo una visita al enclave étnico de Ybor City en Tampa, fundado en 1885 por un empresario español, Vicente Martínez Ybor (1818-1896),y poblado sobre todo por españoles, cubanos e italianos; su experiencia relacionada con la influencia española más antigua se limitó en gran medida a las visitas a San Agustín y Nueva Orleans,la primera de las cuales se tomó como una confirmación de sus opiniones con respecto a la asimilación cultural.

Ybor City, en Tampa (Florida), fundada por un español.

En algunos de sus relatos ambientados en Nueva Inglaterra, como El viejo terrible (1920), El horror de Red Hook (1925), Aire frío (1926), El extraño caserón en la niebla (1926), y El caso de Charles Dexter Ward (1927) hay menciones muy limitadas a algunos personajes hispanos, centrándose principalmente en cualquiera de las referencias históricas al imperio colonial de España y sus actividades marítimas (como el Viejo Terrible cuando paga por sus pocas necesidades en la tienda del pueblo  con oro y plata españolas acuñadas hace dos siglos) y más especialmente acerca de los recientes inmigrantes españoles a los Estados Unidos, que son presentados como de clase baja y/o criminal. Manual Silva de El viejo terrible es un ladrón y no tenía sangre de Kingsport; pertenecían a ese contingente nuevo y forastero que vive fuera del encantado círculo de la vida y tradiciones de Nueva Inglaterra; la patrona de Aire frío, la señora Herrero, se describe como "desaliñada, casi con barba" y sus inquilinos como "hispanos de grado tosco y crudo"; el  Capitán Manuel Arruda de El caso de Charles Dexter Ward, es un caballero de honor, pero también un contrabandista de momias egipcias. La distinción aquí no es simplemente el estado de inmigrante, sino también de la clase, como lo demuestra el exagerado inglés de origen español de la señora Herrero, diseñado por Lovecraft para reproducir y parodiar la voz de un hablante no nativo de inglés:
 “Doctair Muñoz,” she cried as she rushed upstairs ahead of me, “he have speel hees chemicals. He ees too seeck for doctair heemself—seecker and seecker all the time—but he weel not have no othair for help. He ees vairy queer in hees seeckness—all day he take funnee-smelling baths, and he cannot get excite or warm. All hees own housework he do—hees leetle room are full of bottles and machines, and he do not work as doctair. But he was great once—my fathair in Barcelona have hear of heem—and only joost now he feex a arm of the plumber that get hurt of sudden. He nevair go out, only on roof, and my boy Esteban he breeng heem hees food and laundry and mediceens and chemicals. My Gawd, the sal-ammoniac that man use for keep heem cool!”
 (El Doctor Muñoz, lloriqueó mientras se apresuraba escaleras arriba delante de mí, tiene arriba sus productos químicos. Está demasiado enfermo para medicarse - cada vez está más enfermo - pero no quiere ayuda de nadie. Es muy extraña su enfermedad - todo el día toma baños apestosos, y no puede reanimarse o entrar en calor. Se hace sus propias faenas - su pequeña habitación está llena de botellas y máquinas, y no ejerce como médico. Pero una vez fue bueno - mi padre en Barcelona oyó hablar de él - y tan sólo le curó el brazo al fontanero que se hizo daño hace poco. Nunca sale, solamente al tejado, y mi hijo Esteban le trae comida y ropa limpia, y medicinas y productos químicos. ¡Dios mío, el amoniaco que usa para mantenerse frío!)

 Los cuentos de Lovecraft ambientados en el Suroeste de Estados Unidos hasta 1930 incluyen La transición de Juan Romero (1919); La maldición de Yig (1928), El túmulo (1930); El verdugo eléctrico (1928) y La última prueba (1928). La mayoría de estos relatos contienen al menos un interés pasajero en la mitología y la antropología de Centroamérica, e incorporan algunos de los temas más familiares de la ficción de Lovecraft, sobre la supervivencia de primitivos y antiguos horrores oscuros. Una vez más, los caracteres de la "clase baja",-en este caso, son mexicanos en lugar de los inmigrantes españoles,- se describen como "descuidados" y "sucios", ignorantes, e inherentemente criminales ( "ladrón de ganado"). En El túmulo encontramos a uno de los personajes españoles más curiosos, el conquistador español Pánfilo de Zamacona, sobre el que escribí en esta entrada. Durante su viaje por Florida y Mississipi en 1932, Lovecraft mostró su interés por la historia de la colonización española de estos Estados, y en una carta a Howard decía:
 En 1779 los españoles bajo el mando de don Bernardo de Gálvez (gobernador de Louisiana e hijo del virrey de México) se aprovecharon de la revolución estadounidense para invadir el oeste de Florida, y se apoderaron de Natchez entre otras ciudades, y las retuvieron por la fuerza hasta 1798, a pesar de que el tratado de 1783 le asigna claramente la parte norte de Florida Occidental a los nacientes Estados Unidos. Muchas casas supervivientes del diseño español dan fe de la solidez de la ocupación española. [...] El gran incendio de 1788 destruyó casi todas las viejas casas francesas, pero el área fue reconstruida a su vez, muy sólidamente, y con un estilo predominantemente hispano con la ayuda de los ingenieros del gobierno. Es realmente esta ciudad española de casas de ladrillo con arcos, con galerías con patios interiores o patios que sobrevive hasta hoy en día, casi sin cambios, como el "Vieux Carre" o "viejo barrio francés.

El militar español Bernardo de Gálvez (1746-1786).



Sin embargo, respecto a los mexicanos, la opinión de Lovecraft, que Howard compartía con él, era tan racista como la expresada en los relatos arriba mencionados, y no es raro que ambos autores hagan mención en sus cartas de las expresiones "clase baja" o "campesinos atrasados". Por otra parte, Lovecraft defendía las cuestiones filosóficas sobre el derecho de conquista de EE.UU. sobre los pueblos nativos o sobre los Estados arrebatados a México tras la guerra entre ambos países (1846-1848), aunque en otra carta enviada a Howard expresó a su amigo la hipocresía de su propia nación, al decir:
 Nosotros pomposamente hemos cubierto todo bajo un manto de hipocresía moralista, de modo que cuando robamos las tierras de los indios, siempre es "por el propio bien de los salvajes", cuando arrebatamos la mitad de México fue  para "liberarles de la opresión", etc. Nuestra falta de voluntad para reconocer las duras e inmorales fuerzas del universo nos convierte en niños en una importante fase de la vida.

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